
Publicado: 13 de Marzo de 2014
Las bombillas tradicionales, patentadas por Thomas Alva Edison a finales del siglo XIX, han permanecido casi sin cambios desde su invención y se basan en la incandescencia de un filamento metálico. Sin embargo parte de la energía eléctrica necesaria para poner al rojo vivo el filamento se desperdicia ya que solo convierten en luz el 15% de la electricidad que consumen, el resto es calor.
Las bombillas LED son una alternativa muy interesante ya que permiten economizar entre un 80% y un 90% de energía eléctrica para producir la misma luz que una bombilla tradicional. Es decir, la mayor parte de la energía que consumen la convierten en luz y no en calor. Un menor gasto de energía eléctrica contribuye a reducir las emisiones de CO² a la atmósfera, principal causante del cambio climático, ya que la mayor parte de la energía que consumimos procede de la quema de combustibles fósiles. Ahorrar energía ayuda al medio ambiente
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